
Motores Eléctricos: Funcionamiento
Antes de explicar el funcionamiento de los motores eléctricos sería conveniente conocer qué es un motor eléctrico y cómo elegir el más adecuado.
En cualquier caso y en cuanto a su funcionamiento, en magnetismo se conoce la existencia de 2 polos: polo norte (N) y polo sur (S), que son las regiones donde se concentran las líneas de fuerza de un imán. Un motor para marchar se vale de las fuerzas de atracción y repulsión que existen entre los polos. Conforme con esto, todo motor ha de estar formado con polos alternados entre el estator y el rotor, puesto que los polos magnéticos iguales se repelen, y polos imantados diferentes se atraen, produciendo de este modo el movimiento de rotación. Este es el funcionamiento de los motores eléctricos.
Un motor eléctrico opera principalmente en base a 2 principios: El de inducción, descubierto por Michael Faraday en 1831; que señala, que si un conductor se mueve a través de un campo imantado o bien está situado en las proximidades de otro conductor por el que circula una corriente de intensidad variable, se induce una corriente eléctrica en el primer conductor. Y el principio que André Ampére que observó en 1820, en el que establece: que si una corriente pasa mediante un conductor situado en el interior de un campo magnético, este ejercita una fuerza mecánica o f.e.m. (fuerza electromotriz), sobre el conductor.
Por otro lado, la utilización de un reductor de velocidad sobre los motores eléctricos son fundamentales para su correcto funcionamiento. En consecuencia, son un elemento esencial para que pueda funcionar de manera efectiva.
Partes fundamentales de un motor eléctrico
Además de conocer el funcionamiento de los motores eléctricos es vital saber cuáles son las características esenciales de estos, formados por varios elementos. No obstante, las partes primordiales son: el estator, la carcasa, la base, el rotor, la caja de conexiones, las tapas y los cojinetes. No obstante, un motor puede funcionar solo con el estator y el rotor.
El estator es el elemento que opera como base, dejando que desde ese punto se lleve a cabo la rotación del motor. El estator no se mueve mecánicamente, mas sí magnéticamente. Existen 2 géneros de estátores
a) Estator de polos salientes.
b) Estator ranurado.
El estator está constituido primordialmente de un conjunto de láminas de acero al silicio (y se les llama «paquete»), que tienen la habilidad de dejar que pase a través de ellas el flujo imantado con facilidad; la parte metálica del estator y los devanados proveen los polos magnéticos.
Los polos de un motor siempre y en todo momento son pares (pueden ser 2, 4, seis, 8, 10, etcétera,), por ello el mínimo de polos que puede tener un motor para marchar es dos (un norte y un sur). Esto es vital para el correcto funcionamiento de los motores eléctricos.
El rotor es el factor de transferencia mecánica, ya que de él depende la conversión de energía eléctrica a mecánica. Los rotores, son un conjunto de láminas de acero al silicio que forman un paquete, y pueden ser básicamente de 3 tipos:
a) Rotor ranurado
b) Rotor de polos salientes
c) Rotor jaula de ardilla
De esta forma, las partes son piezas clave que hacen posible el funcionamiento de los motores eléctricos. De ahí su importancia a la hora de que estas piezas sean de alta calidad para obtener la máxima eficacia del motor.